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Vomitando dolor

Publicado: 12 noviembre 2021 en Reflexionando.....
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Padre ha muerto, Hermano ha muerto

– Estamos en Junio 2020 –

Padre, (no es mi padre, pero llamémosle Padre)…..

Padre en su mente no existe como individuo, y además ese NO individuo no se vale por si mismo.
Se orina encima, se defeca sin control, no puede comer por si solo y casi no puede andar.

La ausencia del yo está provocada por un deterioro cognitivo que a su vez está provocado por un deterioro fisiológico a nivel cerebral.
Padre ahora es una enfermedad y así le tratan, como si él fuera la enfermedad que padece, pero Padre no es una enfermedad, es una persona que habla un idioma desconocido para mi, un idioma desconocido para todos.

Demencia mixta de grado 3 o estadio final.
¿Esperanza de vida?….. No se sabe.
La demencia no compromete órganos vitales.
Con buena salud, un paciente con demencia temprana (diagnosticado a los 40 años por ejemplo), puede tener una fase 3 superior a los 20 años de enfermedad.

Ya cuando era un crío escuché muchas cosas sobre esta y otras enfermedades similares.
Ahora vuelvo a escuchar las mismas cosas.
Veo que no ha cambiado nada en tantos años.
Veo que no hemos aprendido nada en tantos años.

No vamos a aprender jamás. El enfoque es incorrecto siempre.

«La demencia es injusta».
«La demencia es una enfermedad muy cruel».
«¿Por qué ahora Padre os empuja?»
«¿Por qué ahora Padre os insulta?»
«¿Por qué ahora Padre se pone violento si jamás lo ha sido?»

Nadie parece entender que ahora «Padre» no es «Padre». «Él» no es «él».
En realidad la demencia o el Alzheimer o cualquier enfermedad no sabe nada de ti.
No es injusta ni es cruel. Simplemente es lo que es. Todo lo demás ocurre en tu mente.

Injustas y crueles somos las personas, las mismas personas que catalogamos de injustas y crueles otras enfermedades por el impacto que nos causan en nuestras vidas.
Pero no deja de ser un juicio, una valoración totalmente parcial, muy compartida por muchas personas, pero errada en su enfoque.

Por supuesto que es algo indeseable, pero por sus consecuencias para nosotros, no por su naturaleza propia.

Es una valoración errada por falta de valentía y ausencia de comprensión.
Toda esa terminología para lo que nos causa dolor no es más que un escudo, un refugio, un casco, una herramienta para intentar llevar a cabo la imposible labor de trasladar en palabras el sobrecogimiento y el miedo.
Esa catalogación es necesaria para gestionar lo que uno siente, pero no es nada más y no es nada menos.

Padre me recogió en su casa cuando yo tenía 8 meses.
Pero Padre ahora ya no me reconoce, ni se reconoce a si mismo.

Una de las personas que me ama y me ha educado, ahora me insulta con furia…..
Resulta muy extraño, porque físicamente es la misma persona, tiene las mismas manos, los mismos ojos, (aunque no la misma mirada), los mismos pies, el mismo cuerpo, la misma persona.

Pero no es la misma persona. O tal vez si, todo depende de lo que se esté analizando, catalogando… como siempre las palabras limitan.

Mientras curo sus heridas en su mirada no habita nadie.
La sangre chorrea por sus piernas, pero el deterioro cerebral está impactando la unidad de dolor que está en una zona del cerebro llamada ínsula.
Y no siente dolor.
Con deterioro insular, la persona no siente dolor.

De hecho existe una enfermedad congénita, (CIPA), acrónimo inglés de Insensibilidad Congénita al Dolor con Anhidrosis que impide sentir el dolor.
La CIPA es una enfermedad genética catalogada como muy grave, y se caracteriza por la incapacidad de sentir dolor, de percibir los cambios de temperatura y por mostrar una ausencia completa de sudor (de ahí la anhidrosis).
Los síntomas suelen aparecer tras el nacimiento o durante la infancia temprana (es una etapa en la que los niños lloran principalmente por tres razones. Hambre, agitación o dolor.)

Además la parte posterior dorsal de la ínsula está íntimamente relacionada con la sensación de dolor, con la intensidad con que un dolor es percibido.
De modo que puede haber personas que no sientan absolutamente ningún dolor.

Se puede pensar «que suerte, dentro de la putada», «menos mal», …… Y miles de cosas más, igual de inútiles todas ellas.
De nada sirve pensar.
Las cosas son como es.
Y como es, es simplemente lo que hay ahora.
La esponja chorreando jabón por su espalda.

Si pensamos en lo que pasará mañana perderemos la oportunidad que nos brinda este instante para estar presentes en la circunstancia ante la que estamos, sin entrar a catalogarla, a juzgarla o a medirla…..

Por cierto, como mencionaba, la CIPA está catalogada como enfermedad muy grave.
Es decir, no sentir dolor es una enfermedad y la gravedad viene dada por la altísima probabilidad de muerte.
El dolor es un indicador.

El dolor de otros y el tuyo también.

Nos sirve para saber si un hueso está roto, si tenemos un cuchillo clavado en la espalda y para otras muchísimas cosas útiles.
Igual que la fiebre, es una alerta, una alarma que indica que algo no va bien.
En ausencia de alertas, uno puede morir por una peritonitis, o por un derrame interno que jamás será detectado.
Entre otros miles de posibilidades, naturalmente.
De modo que sentir dolor no es del todo malo.

En el otro extremo, están las personas que sienten dolor crónico durante 24 horas al día.
También hay enfermedades que causan este tipo de dolor de alta intensidad y duración constante.

Existen unidades de dolor únicamente dedicadas a tratar el dolor, no la enfermedad que tengan las personas, sino el dolor que sienten.
La percepción de un dolor elevado durante un tiempo sostenido es una situación personal trágica y desesperante.
Personas a las que no les hacen efecto los analgésicos.
Personas que no responden a dosis de morfina demoledoras…..

Ambos extremos son muy malos, tanto el dolor intenso como la ausencia del mismo, y esto es otra muestra de que tal vez en el equilibrio esté la clave de muchas cosas.

¿Cómo sería posible conocer la calma sin haber conocido la agitación?
¿Cómo sería posible reconocer una experiencia meditativa de calidad si no hubiéramos tenido centenares de las otras?
¿Cómo sería posible apreciar la Paz total si uno jamás ha sentido la desesperación más desoladora?
Todo son comparaciones en este ejercicio.

Retomo los cuidados de Padre tras esta distracción.

Con Calma, prudencia y tiempo se le limpia la sangre, la baba y los mocos que recorren su rostro.
Uno solo intenta que el ausente conserve cierta dignidad (como si supiera lo que es eso), o al menos presente un aspecto aseado para evitar infecciones indeseables.

La mente en ese estado aún se resiste a su extinción y aparecen los TOC (Trastornos Obsesivo Compulsivos), la mente se aferra a pequeños detalles en forma de manías, para poder crear rutinas, catalogar y simplificar las acciones, lo que hace de forma tan eficiente en un cerebro funcional, pero ahora no funciona.
A pesar de ello es asombroso como incluso en ese estado, la mente, por su propia naturaleza, por cumplir aquello para lo que existe (pensar), continua aferrándose a aquello que conoció.

¿Qué sabe la vida de mi?
¿Qué se yo de la vida?
¿Qué sabe ahora Padre de la vida?
¿Qué sabe ahora Padre de si mismo?
¿Qué sabe de la identidad inventada por su ego, su educación y sus relaciones?

La Vida persiste en ausencia mía, ¿como puedo siquiera pensar que soy propietario de mi vida?
La Vida es eterna y atemporal y ES por si misma, mi vida (o lo que uno cree que es su vida), es limitado y temporal.

Antes del nacimiento de mi cuerpo, VIDA ES. Cuando yo nací y también cuando Padre nació, antes no existíamos y luego aparecimos en un momento de tiempo, muy pequeño, muy corto, dentro del flujo de la VIDA, dentro de lo que ES.

Por tanto quizá somos vividos por ese flujo, y no es como tenemos la sensación de vivir nuestra vida.
Tras nacer, ya con vida, pero aún sin personalidad, vamos creciendo, hasta que aparece ese «yo que hace», ese «yo que piensa», ese «yo que es independiente».
Luego creceremos, envejeceremos, ¿quién sabe que ocurrirá?

Quizá me pase como a Padre, que no se conoce, ahora no hay nadie en él, ya no es una persona para él mismo.
Pero sufre, así que lo buscado no es que la mente no funcione o no piense o no recuerde, sino que AÚN PUDIENDO HACERLO, NO LO NECESITE. ¿Alguien quiere una clave?, Bueno, pues esa es una.

Padre ahora sigue vivo, pero no está aquí y no está ahora. No se donde está.
Calma su furia quemando adrenalina, como un animal.

LA VIDA sigue siendo pero él nunca ha sido consciente de ella.
El fue feliz, pero no se si se dió cuenta.
Ni antes ni ahora, ha sido consciente de la idea que tenía sobre su propia vida.

Cuando yo no esté, VIDA seguirá siendo y uno se habrá marchado, así que si el Ser es impermanente, no puede ser el yo identificado.

¿No es entonces la vida acaso un simple pensamiento sobre la VIDA?
La VIDA era y continuará siendo en ausencia de uno.

La vida, es la idea de uno mismo sobre su propia existencia temporal y efímera.
Sin más.

VIDA perpetua, perenne, permanente.
VIDA no requiere de nadie para SER.
Vida (en minúsculas) requiere de alguien para existir.
La vida de una mosca del vinagre.

— FEBRERO 2021 —

Padre se ha marchado

Durante años pensé como sería esa marcha (solo soy un pobre ignorante), pensé como le cogería la mano como he hecho con tantas personas.
Como le abrazaría, como le hablaría, como le acariciaría, como le acunaría, como le acompañaría.
Nada de eso ha ocurrido.

No es la vida que tiene otros planes, no es una injusticia, no es una putada, simplemente es lo que ha pasado.

Él murió y yo no estaba con él.
No he visto su cuerpo.

Ahora quedan cosas por hacer.
Recomponer los recuerdos que nos hacen sonreir y hacen que florezca el agradecimiento.
Dejar un poco más atrás en la despesa aquellos recuerdos que causan dolor.
Pero los recuerdos tienen su propio ritmo, hay que respetar ese ritmo.

No conservar ninguno de ellos, ni unos ni otros, simplemente visitarlos de vez en cuando.

La muerte de otro puede hacerte mejor, esto es algo que percibo desde hace muchos años.

No se como ocurrió, no se que pasó, ni como pasó.
Solo se que con una COVID activa y una neumonía bilateral con fase respiratoria aguda y sin respuesta ni a oxigeno ni a ningún fármaco, pedí palitivo terminal inmediato en el momento en que el camino solo era sufrimiento.

No hay de quién despedirse, pues Él vive en mi.

–ENERO 2021–

Poco antes, muy poco antes, apenas una semana antes de la muerte de Padre, estaba junto al cuerpo de mi hermano pequeño en una UCI.
Había entrado 8 horas antes.
41 años.
Por su situación de aislamiento, no podía tocarlo, a pesar de vestir EPI completa y estar a pocos centímetros de su cara y sus manos.

Intubado e inconsciente, apoyado por un respirador……

Sangre por el suelo, restos de líquido, tapones de jeringuillas y vías, algodones y gasas con huellas de calzado…….
Restos de la batalla de los médicos contra lo que está ocurriendo.
Personas intentando cambiar las cosas, intentando poner algo de peso en la balanza de la vida de mi hermano.

8 horas antes estaba tan tranquilo.

Pero en ese momento los monitores me decían que mi hermano se marchaba.
La mente no está preparada para eso y se rompe.
Nunca se recupera, porque la mente cambia.

No se trata de aceptar ni de tolerar ni de permitir.
Se trata de darse cuenta de la peor forma posible de que la vida no nos conoce.
Ni es injusta ni maravillosa. Ni mala ni buena. Ni es una hija de gran puta ni es una oportunidad maravillosa.
Ni es luz ni es oscuridad.

Me di cuenta del enorme apego que tengo con mi hermano (lo digo en presente aunque él ya no exista aquí con un cuerpo y una cara y una voz y unos brazos que me abracen).

Solo, sigo aquí. Solo.
Ellos ya no.
También pedí paliativo terminal para él.
No pude despedirme, pero no veo razón para hacerlo.
Él vive en mi también.

No es una frase, sus muertes me han cambiado la vida.
Los llevo conmigo, hablo con ellos, sueño con ellos e intento como ser vivo que soy, sufrir lo menos posible, y para ello intento aprender algo de todo.

Y lo que menos daño hace es integrar todo lo que vi, todo lo que escuché, todo lo que sentí, todo lo que hice, todo lo que vivi a lo largo de los años y todo lo bueno que me enseñaron y transmitirselo a otros.

También me esfuerzo por purgar lo menos bueno y olvidarlo, porque nadie es perfecto.
Como en el Kintsugi Japonés, pero con el alma, con el pensar, con la vida.

Pero mis recuerdos los elijo yo, esa libertad si la tengo, como controlar mi respiración (cuando me acuerdo).
No quiero flores feas en mi ventana.
Estaban y ya no están.
El mundo no se ha enterado, todo continua igual.
Mientras yo escribo esto y tu lo lees, hay gente muriendo sola, hay gente naciendo, hay personas tremendamente tristes y otras muy alegres.

¿Qué más da?
¿Qué importa todo eso?
¿Acaso puedes hacer algo?
¿Acaso lo haces?

Se ve que no son más que distracciones de la mente para no mirar donde debe mirar.
¿Tu quien eres?
¿Quién soy yo?

Cuando quien escribe esto no esté, no se que quedará.
Quizás estas líneas.
Quizá nada.
¿Qué más da?

— SEPTIEMBRE 2021 —

Soy una persona que se maneja mejor en un hospital que en un cementerio.
Ahí ya no se que hacer.
He de confesar que siempre que he ido ha sido de forma protocolaria, por cortesía y por educación, por norma social.
Ahí ya no puedo hacer nada. Solo estar.

Hace poco volví al cementerio a hablar con Hermano y a hablar con Padre.
Obviamente, con el máximo respeto para toda creencia, enseguida me di cuenta de que con quien estaba ajustando cuentas era conmigo mismo.
Me senté en el suelo y medité con mi mala apoyado en la sepultura.
Me vi rodeado de tumbas, llenas de nombres, llenas de restos de personas, en una completa sensación de ausencia de vida.
Miles y miles literalmente, me rodeaban.
Y sentí una sensación de comodidad y de cercanía entrañable para la que aún no encuentro explicación.

En aquella sepultura hay demasiada gente amada, pero en realidad no hay nadie, (esto es raro ¿no?)
Toda esa gente amada está en mi mente, y están únicamente cuando los recuerdo.
Pero si los integro en mi vida…… Ocurre algo distinto.
Algo bello. un proceso extraño, pero indudablemente bello para mi.
Es un proceso de absorción o impregnación, no se como explicarlo.

¿Y si aquellos que se han marchado pueden hacer que tu te conviertas en algo mejor……?
Tal vez solo sea la forma de enfrentar el duelo por parte de un cobarde.

Reflexiono a menudo sobre la muerte de otros y desde pequeño siempre ha sido una experiencia transformadora cuando la pérdida se ha enfocado desde el Amor Incondicional.
Primero hay dolor y tristeza, naturalmente.
Furia e Ira, naturalmente.

Luego cambia.
Es la semilla de algo distinto.

Cuando comprendes que el hecho de nacer nos acerca al momento de morir.
Y cuando lo haces de un modo que no es dramático, sino análizandolo cuidadosamente e intentado comprenderlo y acunarlo.
Te puedes dar cuenta de que la muerte es la única certeza y debes aprovechar lo inevitable para aprender algo.

Tal vez puedas intentar usarlo en tu beneficio.
Ser conocedor de la muerte puede hacer amar cada instante de tu vida.
Tal vez te puede hacer recordar que es lo importante.

Tal vez.

Quizá puede llegar a hacerte mejor.
Al menos más compasivo.

Vuestra marcha no me persigue, me acompaña.

SAMPAI Padre
SAMPAI Hermano.
SAMPAI Hermano.
SAMPAI Padre.